Escrito por Bitacorismo el 31 de mayo de 2007 en Malí, Viajes
La ciudad de Tombuctú (o Timbuctú) en Malí era, de entre los finalistas a ser elegidos como una de las siete nuevas maravillas del mundo, uno de los candidatos que menos conocía.
La única referencia en mi cabeza a la ciudad de Tombuctú era el título de una película de Luis García Berlanga, «París Tombuctú, película que no he visto y que no sé si realmente contiene alguna referencia a la ciudad.
Así que hoy he leído un poco sobre esta ciudad que se encuentra en la República de Malí, muy cerca del río Níger y del borde del desierto del Sáhara y a la que durante siglos no pudieron acceder las personas no islámicas.
La ciudad fue fundada por los camelleros Tuareg en el año 1100 y pronto se convirtió en punto de paso de varias rutas comerciales.
Dos de los elementos más atractivos para los visitantes, la muralla y la Mezquita Djinguereber se construyeron en el siglo XIV.
A principios del siglo XV se estableció en Tombuctú una de las primeras universidades del mundo, la Universidad de Sankore (o Mezquita de Sankore).
Mezquita de Sankore – Foto de Senani P,
distribuida bajo licencia Creative Commons Reconocimiento 2.5.
En el siglo XVI alcanzó su mayor esplendor gracias a una gran actividad comercial, llegando a contar con más de 100.000 habitantes.
En 1591, las tropas de Marruecos se apoderaron de la ciudad, manteniendo su dominio sobre ella durante casi 100 años.
A finales del siglo XIX la ciudad pasó a estar bajo dominio francés, hasta que en 1960, con la independencia del Sudán francés, pasó a formar parte de Malí.
El desconocimiento del origen del oro con el que comerciaban las tribus negras que acudían a la ciudad, junto al hecho de que las personas no musulmanas no pudieron entrar en la ciudad durante siglos, hizo crecer alrededor de la ciudad varias historias llenas de fantasía y misterio.
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