Escrito por Bitacorismo el 21 de mayo de 2008 en Flora y fauna
Uno de los recuerdos más vivos de mi niñez es el momento en que me encontré en una acequía con un lagarto ocelado, llamado fardacho en Onda. Su nombre científico es Timon lepidus.
Foto obra de Tintazul, distribuida bajo
licencia Creative Commons Reconocimiento CompartirIgual 2.5.
Tendría unos 10 años y aquel bicho verde dentro de la acequia, unos cuantos metros más allá, llamó mi atención. Era como una lagartija pero en gigante, y de color verde chillón. Así que sin pensarlo dos veces empecé a acercarme a él.
El bicho empezó a correr. Y cómo corría: él iba por la acequia despejada y yo corriendo esquivando ramas de naranjos. Al final se escapó y siempre me quedé con las ganas de ver uno de cerca en plena naturaleza.
Por eso hoy, cuando he ido a parar a una página sobre un tipo de lagarto gracias al enlace «Página aleatoria» de la Wikipedia (me estoy volviendo a enganchar), no he podido evitar volver a seguir el rastro del lagarto ocelado hasta «atraparlo».
Aunque cuando eres pequeño algunas cosas las percibes o al menos las recuerdas más grandes de lo que son, creo que aquel fardacho lo recuerdo bien. Es posible que fuera tan grande como me pareció, pues he leído que pueden alcanzar hasta 70 centímetros de longitud, incluida la cola. Con razón me pareció enorme.
Viendo el vídeo, creo que aquel día, si hubiese atrapado al fardacho,
me habría ganado un mordisco.
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