Bitacorismo

Las mitologías griega y romana siempre me han recordado a los cuentos para niños. En ellas los dioses y semidioses tienen sus propias historias, familias y personalidades, formando una especie de historia similar a un cuento. Hoy me he leído la «historieta» sobre las Moiras, las diosas del destino.

Las Moiras griegas son hijas de Nix, la diosa de la noche, la diosa que concebía por sí sola. Aunque hay pasajes donde se atribuye la paternidad a Zeus, el gobernante del monte Olimpo y dios del cielo y del trueno, y la maternidad a Temis, la encarnación del orden divino, las leyes y las costumbres.

Las tres Moiras griegas (y las Parcas, su equivalente romano) son las diosas del destino y controlan el transcurrir de la vida de los mortales y los inmortales, incluidos los propios dioses. Su misión es la de asignar un destino a los seres que nacen y hacer que éste se cumpla.

El destino de cada ser es determinado metafóricamente por las tres Moiras mediante un hilo, de color blanco o dorado para representar la suerte y los momentos felices, y de color negro para representar las desgracias y los momentos amargos. El final del hilo representa la muerte.

«El triunfo de la muerte o los tres destinos», tapiz flamenco del siglo XVI.
Foto de dominio público – Autor: Andreagrossmann.

Las tres Moiras griegas, a menudo representadas como tres hilanderas son:

• Cloto (equivalente a la romana Nona): lleva un ovillo de lana en una rueca e hila el destino de los hombres.
• Láquesis (equivalente a la romana Décima): devana el hilo en un huso, eligiendo la longitud del hilo, y dirige el curso de la vida.
• Átropos (equivalente a la romana Morta): corta el hilo de la vida con sus tijeras terminando con la vida y eligiendo la forma de la muerte.

Otra cosa no sé, pero imaginación tenían los griegos. Otro día os cuento algo sobre algunos de los hermanos de las Moiras: Hipnos, Geras, Tánatos…