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¿Algo para facturar? No, gracias.

Escrito por Bitacorismo el 19 de junio de 2007 en Mi vida, Viajes

Hace unos años, tras estar harto de llevar una maleta más grande que pequeña en todos los viajes en avión que hacía, tomé una decisión: viajar lo más ligero posible y siempre que sea posible llevar sólo una maleta de mano para no tener que facturar.

Tomé la decisión por comodidad: menos peso, no hay que hacer colar para recoger la maleta al llegar … Pero, a la vista de lo que he leído hoy de «paseo» por El País, creo que voy a intentar evitar la facturación en el 99% de los casos.

Resulta que Iberia y Spanair pierden la maleta de aproximadamente el 1,2% de los pasajeros, según un estudio la Asociación Europea de Aerolíneas (AEA). Al menos durante los 3 primeros meses de 2007.

Dibujo de una maleta.

El dibujo de la maleta es de Tom Slaughter.
Lo he encontrado por casualidad,
he de averiguar cosas sobre este hombre.

A mí me parece mucho. Eso significa que, en un vuelo de 200 personas, en media se pierde la maleta de entre 2 y 3 pasajeros.

Pero eso no es lo peor. Lo peor es que hay compañías que pierden más maletas todavía, como por ejemplo Lufthansa, que tiene una tasa de pérdidas del 1,5%, y British Airways, cuya tasa es de casi el 2,5%.

A mí no me han perdido nunca nada, y eso que he volado bastantes veces, aunque sí conozco alguna que otra peripecia de amigos que han tenido algún problemilla con su equipaje.

La única experiencia curiosa que he tenido con los aviones y mis maletas fue una vez que mi maleta llegó a Amsterdam antes que yo: el vuelo que cogí en Valencia llegó a Madrid con el tiempo demasiado justo para poder coger el avión hacia Amsterdam, pero a la maleta sí que le dio tiempo, 😀 . Al llegar estaba ella, allí tan mona, esperándome en «Reclamación de equipajes».

¿Cuál ha sido la cosa más extraña y/o mosqueante que le ha pasado a tu equipaje al viajar en avión?

Hay un comentario.

  1. El 20 de junio de 2007, a las 14:17 horas, Pepe dijo:

    Aquí tenéis la anécdota del tío Pepe…

    Volando con Iberia desde Frankfurt a Asturias via Madrid me perdieron la maleta. Resulta que yo iba a pasar unas tres semanas de vacaciones en Asturias, pero lo había coordinado para ir a una boda de un amigo. Así que me llevé la maleta más grande que tengo, porque tiene un portatrajes y el traje se tenía que venir conmigo en ese viaje sí o sí. La cosa es que cuando me bajé en Asturias, la maleta (y el traje) no salieron por la cinta. Me fuí a reclamaciones, rellené los papeles y el empleado de Adena me dijo que llamara al día siguiente al aeropuerto porque seguramente vendría en el primer vuelo de la mañana. No vino, ni en el primer vuelo, ni en el segundo. Así que me armé de paciencia y llamé a un número especial que tiene Iberia para las pérdidas de equipaje. Les di todos los datos que me pidieron, realizaron una búsqueda en el ordenador y me contestaron (muy amables todos, eso sí) que ninguna maleta «encontrada» el día de mi vuelo o posteriormente respondía a la descripción de la mía. La conversación se repitió varias veces en los siguientes días, el día de la boda se iba acercando y al final me fui a comprar otro traje (y camisa, y zapatos, y cinturón…). Cuando faltaban 2 días para que la maleta se diera oficialmente por perdida (creo recordar que hasta el 15° día, técnicamente, el equipaje sufre retraso y no se considera extraviado) me llamaron de atención al cliente para preguntarme que como me habían tratado los de «equipajes perdidos». Cuando le comenté al hombre (la primera persona con un atisbo de iniciativa al otro lado del teléfono en todo ese tiempo) que mi maleta no había aparecido aún, volvió a hacer una búsqueda (la decimoquinta?) y me volvió a repetir que no había ninguna maleta con la descripción de la mía encontrada en las fechas posteriores a mi viaje. Más de lo mismo. Y entonces va y dice: «lo único que me sale en el ordenador es una maleta idéntica a la suya, encontrada el día anterior a su vuelo y que aún no ha sido reclamada». Unos minutos después había conseguido convencerle de que tenía que ser mi maleta y que alguien habría cometido algún error al introducir la fecha en el sistema. Y ese día por la noche un currela del aeropuerto de Asturias se presentó con mi maleta en la casa. Y en ese mismo instante descubrí porque se había extraviado. Había recibido un golpe en la zona del asa que había arrancado las pegatinas que te ponen al facturar y además se había llevado por delante el cajetín donde estaba la tarjeta con mis datos de contacto. El resto de las vacaciones tuve el gusto de, entre otras cosas, preparar las reclamaciones por los desperfectos en el equipaje y los gastos (compras) que había tenido debido al retraso.

    Desde entonces yo también evito facturar en la medida de lo posible.

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